Cuando cientos de campesinos hondureños decidieron tomar las instalaciones de una abandonada base militar, a mediados de mayo de este año, los ganaderos y terratenientes organizaron grupos paramilitares para desalojarlos. Desde entonces varias personas han muerto.
En uno de los ataques murió el ganadero Diógenes Osorto, quien fusil AK-47 en mano comandaba golpes contra los campesinos. De esa muerte los terratenientes han culpado al sacerdote jesuita italiano Pedro Marchetti, coordinador de la Pastoral Social de la Diócesis de Trujillo y quien ha respaldado a los campesinos en sus reclamos por tierra.
El Consejo Nacional de los Jesuitas en Honduras dijo que desde que los campesinos llegaron a esa zona la violencia de los terratenientes no ha cesado, la respuesta de los pobres tampoco. Por lo tanto pide a las autoridades que proceda con el desarme de estas dos fuerzas, para evitar más víctimas. También llama a la razón y reivindica el derecho de los sin tierra a un espacio para sobrevivir con dignidad.
Esta exbase militar de 5 mil hect reas fue utilizada por el ej’rcito estadounidenses para entrenar y aprovisionar en los a_os 80 a los ej’rcitos de Guatemala, El Salvador, de la misma Honduras y a la fuerza contra nicarag_ense en sus luchas contra las fuerzas izquierdistas. (Hn/QR/Ig-Em-Po/Vi/mc)
LOS TERRATENIENTES HONDUREíOS SE ORGANIZAN EN GRUPOS PARAMILITARES CONTRA LOS CAMPESINOS
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